El SPA puede ser un lugar en el que se conjuguen la integración de la salud, el bienestar y la estética, la naturaleza, la ciencia y el conocimiento, y así se abren las puertas a un nuevo segmento poblacional (paciente-cliente, cliente-paciente).
El placer, la armonía y el relax que brindan la ambientación y las prácticas convencionales, son sólo el punto de partida hacia un sinnúmero de actividades que pueden desarrollarse dentro de un SPA, con el aval de los conocimientos científicos, la capacitación, la idoneidad y el criterio en un verdadero manejo holístico del paciente. Y así abordar el trabajo interdisciplinario entre medicina, estética, terapias complementarias, cosmiatría, etc., en un intento por mejorar la calidad de vida de las personas que concurren a los SPA en busca de precisamente eso: mejorar su calidad de vida, disminuir los niveles de estrés y mitigar los síntomas de patologías.
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